Nuestra voluntaria Texenery hizo realidad el sueño de D. Magdalena y la llevó a visitar el Puertito de Güímar, este fue el lugar en el que vivió tras su boda, allí trabajó mucho en la mar y ese paisaje quedó siempre grabado en su corazón.
Viviendo ahora en Güímar, hacía más de siete años que no bajaba a la costa y  ayer gracias a la generosidad de Texenery volvió a sentir la brisa salada y se volvió a arrullar con el sonido del mar, fue tanta su alegría que no quería regresar a casa.
Gracias Texenery por cumplir su sueño.
 

 

 

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